Una enorme habitación donde no quedase un sólo rincón exento de decoración (o de trastos), donde llenar el espejo de fotos y recuerdos de amigas y novios, donde esconder entre calcetines con puntillas tu diario o entre braguitas el anuario firmado por tus compañeros y con corazoncitos dibujados alrededor de la foto del, preferiblemente, capitán del equipo de rugby (hockey, baloncesto, lo que gustes). Una habitación con teléfono propio (el más hortera posible, claro) y un enorme armario lleno de HORRIBLES trapos llenos de brillos y lucecitas (vale, lucecitas no, pero realmente es lo único que les falta).
Una habitación donde pasar las tardes con tus amigas haciendo balance de lo vivido mientras chillais como locas agarradas a algún muñeco de peluche.
Todo esto se podía hacer/tener en cualquiera de nuestras (teen) habitaciones pero... reconoced que sin este tipo de decoración: no era lo mismo...
Menos mal que mi madre era firme en sus decisiones y nunca me lo permitió, si ahora tuviese que dormir en un sitio así, creo que me daría un ataque de... exceso de algo...
1 comentario:
y también tener un teléfono de esos con forma de labios gigantes o de hamburguesa en la mesita de la habitación para hablar horas y horas con tus amigas xDD
luuuu soy ale! creo que estoy iniciandome en esto del blog, a ver cuando me dura la ilusión, ya sabes que no soy yo muy constante con estas cosas...
muuuaa!
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